En el lejano 1972 el aumento de las potencialidades productivas por hora y la consiguiente aparición de las primeras "Cortadoras multialambre" exasperó el problema de las pérdidas de producción debidas a las paradas por rotura de los alambres de corte y por su necesaria sustitución.
Tras varios estudios y pruebas se lanzó TRIXOFIL, revolucionario alambre de corte constituido por siete alambres de acero especial torcidos en espiral, y se fundó la empresa "TRIXOFIL" para su comercialización y difusión.
Para controlar la efectiva validez del nuevo producto se organizó un megatest práctico en todas las fábricas italianas productoras de ladrillos con el eslogan:
SU PRODUCCIÓN DEPENDE DE UN HILO
La operación tuvo bastante resonancia en todo el sector de la industria del ladrillo italiano con una considerable respuesta por parte de la clientela.
Los datos recogidos, no sólo confirmaron que se había emprendido un buen camino sino que permitieron perfeccionar la calidad del producto adaptándolo lo máximo posible a las observaciones y peticiones de los primeros usuarios.
Durante el primer periodo fue difícil superar la normal desconfianza ante la sustitución del tradicional "alambre de acero armónico", de coste contenido y de fácil adquisición, por un producto más sofisticado y costoso.
Pero las ventajas prácticas, a nivel de regularidad y de continuidad del proceso productivo, que se traducían en la práctica eliminación de las paradas por rotura del alambre y consiguiente aumento de la potencialidad productiva diaria, aplanaron el camino del éxito.
Un constante intercambio de información con los técnicos de los clientes más cualificados ha favorecido una continua actualización y mejora de la calidad y ha permitido aconsejar a todos los usuarios que comprueben la efectiva duración del alambre antes de programar su cambio fuera de los turnos de trabajo.
La colaboración con los fabricantes de máquinas cortadoras ha contribuido a mejorar los sistemas de enganche del alambre en los arcos de las máquinas para poder aprovechar, al máximo, su elevada capacidad de resistencia.
Se han estudiado y realizado, además, los embalajes más adecuados para garantizar las mejores condiciones prácticas de utilización y para su conservación en almacén, preservando TRIXOFIL de eventuales pérdidas de sus características iniciales y de la oxidación.
Todo esto, junto con una atenta política comercial, ha contribuido a su difusión en muchos países del mundo.
Desde el 1 de enero de 2002, TRIXOFIL forma parte de la sociedad Geom. Guido Palasciano srl que obra desde hace años en el sector y que compró la marca.